Es un certificado compendioso que acredita que el poder otorgado, ya sea a una persona natural o a una jurídica, está debidamente registrado en la SUNARP, de allí que se presuma su veracidad y eficacia. De esa forma, todos los actos que realice el apoderado – en su condición de tal, y siempre que estén contenidos en el certificado – serán válidos.